Los estudios de Recepción en América Latina: Perspectivas teórico-metodológicas / De la audiencia ignorada al poder de las audiencia
La presencia de los medios de comunicación, desde sus
inicios, se ha convertido en uno de los pilares del desarrollo en la sociedad.
El impulso de la denominada tecnología de la
información y de la comunicación (TIC) está haciendo que la sociedad de
nuestros días disponga de una gran variedad de fuentes de información, a través
de una gran diversidad de soportes que ofrecen la posibilidad de consumir un
determinado número de propuestas, ideas, sugerencias, mensajes y decisiones
producidas por los denominados medios de comunicación de masas.
La presencia de estos medios se
hace cada vez más patente en una sociedad de la información, y a la vez en una
sociedad democrática y se han convertido en canales de comunicación a través de
los cuales fluyen mensajes, valores, estereotipos, tendencias, etc. que han
sido creados por unos pocos para ser consumidos por muchos.
El estudio crítico de los medios
de comunicación ha abordado desde la década de los setenta los diversos
elementos que integran el proceso de comunicación: emisor, mensaje y receptor. Este
último, el mayor logro en su estudio ha sido el desentrañar la transmisión
ideológica y valorativa que presentan
los mensajes del medio de los individuos que los reciben.
Sin importar la situación socioeconómica, se
percibe una actitud crítica hacia los medios de comunicación, el
poder de la audiencia y de sus públicos radica en el ejercicio de la libertad.
El término “mediatización” fue adoptado hace ya varios años en el área académica tanto en Europa como en América latina, por los investigadores que trabajaban sobre las tecnologías de comunicación.
Los medios influyen claramente en las sociedades, en su forma de relacionarse, de pensar y de actuar.
Y qué las tecnologías tienen un papel fundamental para que esto suceda. Cuando me refiero a que influyen, es porque los discursos mediáticos tiñen todas las prácticas sociales. Proponen estéticas, miradas políticas, modos de realización, visualización y de relacionarse, es decir, marcan sentido a la vida cotidiana proponiendo un modo de vida.
El proceso de mediatización de la cultura implica una transformación en el plano de lo simbólico a tal punto que la cultura comienza a circular en los medios gracias a un soporte tecnológico (tele, radio, internet, etc). Los medios transmiten cultura. María Cristina Mata explica que los medios masivos de comunicación ya no son reconocidos solamente “como fuentes de información y entretenimiento” además hay que pensarlos “como fuentes de la construcción de imaginarios colectivos” lo que significa esta transformación simbólica de la mediatización.
En un
principio la recepción de las audiencias era considerada como pasiva y
predeterminada, es decir, que se daba por sentado que las personas percibían de
igual forma los mensajes del medio y por ello es que se podía establecer una
supuesta afectación sobre la audiencia.
En la actualidad, esto se ha dejado atrás y ahora la recepción se considera como un proceso múltiple y contradictorio en donde entran en juego una variedad de mediaciones determinadas tanto por las relaciones sociales del sujeto, como por su posición social, cultural e histórica.
Es por ello que se dice que las relaciones de audiencia siempre suponen un ejercicio de poder (alguien siempre tiene el poder de ofrecer su audiencia y otra persona debe responder aceptando o rechazando este ofrecimiento) dependiendo de la posición donde se encuentren.
El término “mediatización” fue adoptado hace ya varios años en el área académica tanto en Europa como en América latina, por los investigadores que trabajaban sobre las tecnologías de comunicación.
Los medios influyen claramente en las sociedades, en su forma de relacionarse, de pensar y de actuar.
Y qué las tecnologías tienen un papel fundamental para que esto suceda. Cuando me refiero a que influyen, es porque los discursos mediáticos tiñen todas las prácticas sociales. Proponen estéticas, miradas políticas, modos de realización, visualización y de relacionarse, es decir, marcan sentido a la vida cotidiana proponiendo un modo de vida.
El proceso de mediatización de la cultura implica una transformación en el plano de lo simbólico a tal punto que la cultura comienza a circular en los medios gracias a un soporte tecnológico (tele, radio, internet, etc). Los medios transmiten cultura. María Cristina Mata explica que los medios masivos de comunicación ya no son reconocidos solamente “como fuentes de información y entretenimiento” además hay que pensarlos “como fuentes de la construcción de imaginarios colectivos” lo que significa esta transformación simbólica de la mediatización.
Otro aspecto para resaltar es cuando Silverstone explica que “Sentimos la necesidad de pertenecer. Y necesitamos la confirmación en efecto de que pertenecemos, necesitamos que se nos recuerde y confirme constantemente que nuestro sentido de pertenencia y nuestra participación son valiosos.
En conclusión, hay que entender entonces que la mediatización de la cultura, no es un concepto aislado que apareció y se implantó de golpe, sino que es un proceso en constante/máximo desarrollo y los medios con la tecnología son su soporte.
Entendemos la recepción no como una instantánea
fija, sino como una imagen en movimiento que forma parte de un engranaje de
relaciones recíprocas con los tres grandes elementos estructurales del “mundo
de la vida”. Pero, ¿por qué no podemos acercarnos a este proceso en curso como
si fuera un compartimento estanco o un atolón aislado, sin el efecto de sus
mareas? Porque creemos que las mediaciones de las que hablamos van al quid de
esta actividad y la moldean. De ahí que sea tan importante el consumo mediático
en sí mismo como sus conexiones con las áreas de nuestro marco teórico, porque
en la explicación de su dinamismo está su naturaleza.
El término “apropiación” refleja bien el concepto de
recepción mediática porque describe su proceso completo. Uno de estos procesos
va hacia fuera, trascendiendo a la persona, porque la recepción desencadena un
proceso de socialización que supera el escenario inmediato del consumo
mediático. En este punto nos inspiramos también en los estudios de John B.
Thompson quien define la recepción como una actividad que va más
allá de ella misma, en un proceso de construcción narrativo alejado del
contexto inicial de recepción.
Pero
la recepción describe, a la vez, un camino que va hacia dentro, que incluye el procesamiento
individual del contenido mediático. Creemos que los elementos del “mundo de la
vida” (culturales, sociales e individuales) y del “sistema” son filtros que
inciden en los patrones de interpretación del consumo y que se incorporan a la
vida individual.
Según Grossberg, el consumo de medios puede ser visto como
un terreno complejo, contradictorio, en un contexto multidimensional dentro del
cual las personas viven una cotidianidad. “Todo el mundo está constantemente
expuesto a una variedad de medios y participan en una variedad de eventos y
actividades en relación a ellos”.
En la actualidad, esto se ha dejado atrás y ahora la recepción se considera como un proceso múltiple y contradictorio en donde entran en juego una variedad de mediaciones determinadas tanto por las relaciones sociales del sujeto, como por su posición social, cultural e histórica.
Es por ello que se dice que las relaciones de audiencia siempre suponen un ejercicio de poder (alguien siempre tiene el poder de ofrecer su audiencia y otra persona debe responder aceptando o rechazando este ofrecimiento) dependiendo de la posición donde se encuentren.
El análisis de la recepción, considerando como el estudio
de las interpretaciones de la audiencia y usos de los textos del medio, ha sido
una de las aportaciones más sobresalientes que ha intensificado la atención de
los investigadores en la manera en que las personas, activa y creativamente,
construyen sus propias significaciones que dan origen a la cultura.
Así,
los avances teóricos alcanzados en la
investigación de la comunicación radican en la consideración del receptor como
un sujeto activo (determinado socioculturalmente) que es capaz de crear,
recrear y negociar los contenidos de los mensajes provenientes de los medios de
comunicación.
Entonces la recepción trata de cómo los sujetos reciben la acción
de los medios en la sociedad y de qué manera reaccionan frente a ellos. Sin embargo, no hay que olvidar que también
es de suma importancia el saber “leer los medios” como tal.
Sobre informar: Conocer sobre las realidades humanas
actuales con proyección e interés social y comunicar la verdad.
Sobre el entretenimiento: Divertir, recrear e imitar la realidad
circunstancial.
La tendencia en el consumo de medios: Norteamericanización.
Violencia en los medios: Los jóvenes objeto de estudio tienen
en su mayoría la plena conciencia de los efectos negativos que los medios de
comunicación ejercen sobre ellos.
Leer
la televisión: La
televisión conjuga dos lenguajes, principalmente: visual y sonoro. Esta combinación
explora infinidad de propuestas informativas y artísticas, las cuales se
constituyen en opciones de elección por parte de la audiencia. Además genera motivación
de los jóvenes en cuanto al acceso a la información. Sin embargo se confunde
con la transmisión de violencia.
Leer
la radio: La radio perdió
su predominio como medio de comunicación luego de la llegada de la televisión.
Leer
la prensa escrita: La
prensa mantiene su particularidad de informativo periodístico. No así en el
caso de las revistas que consolidan su formato de entretenimiento.
Leer
la Internet: Posee
nuevo lenguaje propio y complejo.
El tiempo de consulta en Internet
tiene objetivos temáticos, lo que denota hábitos diferentes de consumo de
medios en los polos de la población. El terreno que día a día gana la Internet
en el nivel de consumo de los jóvenes, es un terreno que lentamente van
perdiendo la televisión, la prensa y, por supuesto, la radio.
En conclusión, la mediatización y su recepción en los
individuos vienen modificando, definitivamente, el estilo de vida de muchas
personas que ahora se tornan más críticos frente a un medio de comunicación
masiva siendo leídos de distintas maneras, algunas positivas y otras
negativamente.
Los
medios de comunicación deberían cumplir o priorizar su función social- educativa
porque las audiencias los reconocen como un factor de socialización, y
deslindan sobre ellos, toda la responsabilidad de sus contenidos.