Para empezar es de suma importancia definir qué es la Participación ciudadana, y nos referimos al conjunto de acciones o iniciativas que pretenden impulsar el desarrollo local y la democracia participativa a través de la integración de la comunidad al ejercicio de la política (1).
A esto debemos agregar
que el medio radiofónico, desde hace mucho tiempo se caracterizó por ser el
mayor captador de audiencias, pues además, no distingue posición social,
económica, política, religiosa ni cultural.
Es por
eso que los oyentes de la radio son capaces de intervenir en el contenido de la producción radial debido a esta participación directa y continua que existe por parte de ellos definiéndose así como una técnica de producción de de contenidos que, usualmente, es utilizada por los profesionales de la radio para facilitar el diálogo con la audiencia y el intercambio provisional de roles de emisor y receptor en el proceso de feedbak. En algunos casos, adoptan funciones discursivas y técnicas de presentación muy delimitadas, llegando a constituirse en modelos de representación reconocidos tanto por profesionales como por oyentes. Es el caso de los concursos o de los consultorios, que no se entienden como géneros radiofónicos sin esa participación directa de los oyentes.
La mayoría de personas, cuando pensamos en participación ciudadana en la
radio, ciertas imágenes nos vienen a la cabeza como por ejemplo: llamadas
telefónicas, algunos programas de radio en donde hay invitados en cabina,
personas que marcan a la emisora para pedir consejos. Sin embargo, si nos
detenemos a reflexionar con mayor cuidado, encontraremos que una llamada
telefónica o una conversación en la cabina no es estrictamente un detonador para
la existencia de la participación ciudadana en la radio (2).
La participación ciudadana emerge, entonces como un campo de acción legítimo que
le da vida y recrea la democracia y una adecuada gestión de audiencias, labor
específica de los productores, facilita para que el público participe y, sobre
todo, permite que las aportaciones en el medio tengan una orientación para la
mejora del producto periodístico y en la relación del público con la radio (3). Está
nueva disposición que encontramos en el público para participar en los diferentes
medios de comunicación ha ocasionado que se incorporen distintas maneras
de hacer que sus públicos participen, es por eso que una gestión de
audiencias tiene como principal objetivo descubrir el cómo gestionar las
audiencias de un medio de comunicación para transformar un periodismo netamente
informativo en un periodismo participativo y construccionista.
Los medios de comunicación no son
ajenos a estas nuevas dinámicas sociales y en ocasiones pueden convertirse en
los escenarios privilegiados para el desarrollo de procesos ciudadanos como la
participación activa por eso es importante comprender la relación existente
entre la radio y los ciudadanos, pues ésta se constituye en "un
ámbito privilegiado para estudiar el papel que han jugado los medios de
comunicación en los procesos de construcción de la ciudadanía" (Winocur,
1998)
Los programas radiales, desde sus
inicios hasta hoy, han ido generando espacios de suma importancia sobre todo para
la canalización y expresión de inquietudes políticas y civiles por parte de la
población, y éstos se caracterizan por ser receptivos de una demanda
mucho más heterogénea y multifacética que los denominados programas de opinión
pública.
El rasgo propio de este tipo de
espacios es que no sólo publicitan la obra del gobierno, en el ámbito político, sino que también vuelven pública la
inconformidad, la demanda o la
denuncia ciudadana respecto del ámbito informativo y, con ello, permite trazar un espacio
de interacción entre la población y el poder local, esbozar "un lugar de
expresión de la cosa pública" como refiere Wolton.
Y así, en
la actualidad, se trata de una fórmula participativa más frecuente que
constituye un elemento puesto a disposición de profesionales y oyentes, que
puede ser utilizado por unos y otros con gran variedad de fines y propósitos. Es
por eso que dicha participación tiene diferentes ventajas siendo unas de las
principales:
- Satisfacer las necesidades
comunicativas de la audiencia
La radio como medio es capaz
de poner a disposición un acceso rápido, cómodo y sencillo, sin embargo en
algunas ocasiones puede ser restringido al juicio del productor y a las
posibles limitaciones técnicas que se presenten. La participación en ella permite
la adecuación de las respuestas desde lo público a las necesidades y demandas
de los ciudadanos, es decir, darle cabida a los radioescuchas (4).
Además, la participación y la consulta permiten anticiparse a ciertas
demandas ciudadanas antes de que éstas cristalicen en reivindicaciones que
pueden producir respuestas apresuradas, escasamente planificadas y
probablemente más costosas económicamente.
Favorece en mayor grado a una óptima eficiencia en la intervención
pública, al producirse respuestas y propuestas bien orientadas que optimicen
recursos: mejores servicios con iguales recursos.
- Amplía la esfera pública
A
partir de la expresión de puntos de vista diferentes o de casos propios, la esfera pública no estaría ya conformada por un espacio
homogéneo y uniforme; sino que estaría integrada por una amplia multiplicidad
de pequeñas esferas públicas interconectadas: podrían remitir a otras nociones
como el pluralismo en las emisiones y multiplicidad de actores.
La
participación directa de la audiencia resulta insuficiente para la satisfacción de este pluralismo social en
las emisiones; pero sirve de fuente complementaria en cuanto al acceso de los
ciudadanos a los medios de comunicación y es ventaja cuando se expresa,
rectifica y se pide una opinión o información, o se denuncia un hecho; para
ello, los oyentes contribuyen a enriquecer el programa con visiones muy
directas de la realidad.
Así,
la participación profundiza
en la democracia y facilita la articulación social pues se trata de asumir que
la fragmentación y dialéctica social pueden posibilitar el cambio si se abordan
desde de un planteamiento complejo y dinámico de las relaciones sociales y la
construcción colectiva de propuestas innovadoras (5).
La participación también intenta introducir las perspectivas de los diferentes
actores sociales (mayoría silenciosa, sectores de base, minorías activas,
agentes económicos e instituciones) en el ámbito de la planificación y la
intervención y permite orientar y gestionar de forma complementaria aquellos
procesos planificadores que han identificado claramente los intereses de los
ciudadanos.
Sin embargo, así también, la radio presenta distintos inconvenientes al posibilitar una
mediación profesional ejercida sólo en la última etapa del proceso comunicativo
pues la inclusión en antena de las voces de los oyentes facilita un contacto
sólo provisional, efímero, no sistemático y no estructurado entre profesionales
y audiencia.
Siendo algunos de los más resaltantes:
- Se puede utilizar
la fórmula de manera tendenciosa o comercial.
La
incorporación de las llamadas telefónicas en el medio radial expresa la
creencia actual de la espontaneidad y pone de manifiesto una cierta reacción
contra el formalismo. Sin embargo, esta posibilidad puede presentar un aspecto
negativo si la fórmula se utiliza para otros fines.
Por
ejemplo cuando los profesionales del medio utilizan la fuerza y el impacto
expresivo de las intervenciones y seleccionan sólo aquellas que resultasen
proclives y favorables a la línea editorial de la emisora y a sus intereses
según su conveniencia. Además, es muy usual recurrir
a la participación directa de la audiencia, porque los oyentes te hacen el
programa. Es lo más barato, lo más fácil, lo más cómodo y tiene interés porque
aparecen voces nuevas.
"En los programas de participación se
está considerando al Oyente más como un animador que como un verdadero
participante".
- Identificar falsamente la opinión pública con la opinión del
público.
La utilización de encuestas callejeras o de líneas abiertas puede
originar la falacia de querer interpretar al conjunto de los ciudadanos a través
de la opinión de unos cuantos, generalizando así el engaño de identificar la
opinión pública con la opinión del público.
Pero esto no resultaría tan grave si se entendiera que la opinión
del público no es la opinión pública.
En conclusión,
la participación de la ciudadanía en medios como la radio posee diferentes aspectos
tanto positivos como negativos y además estos ponen en evidencia, no sólo el
carácter instrumental de la participación directa de los oyentes en los
programas de radio, sino también su posible correcta o incorrecta utilización.
Aunque, en términos generales, las ventajas son mayores que los inconvenientes,
el efecto de estos últimos es considerable y no debería ser despreciado por los
programadores del medio antes de proceder a su inclusión.
Miluska,
ResponderEliminarRevisado, merituado.